Si reduces el consumo eléctrico, estarás cuidando el medio ambiente, pero también ahorrarás en la factura de la luz. En este artículo te explicamos algunos consejos que puedes poner en práctica para ahorrar energía.
Evitar la iluminación artificial
Si cambias algunos hábitos de consumo puedes ahorrar en el recibo de la luz. «Por ejemplo, utilizar la iluminación artificial solo lo estrictamente necesario, apagar las luces cuando salimos de un cuarto, desenchufar cargadores o apagar completamente equipos cuando dejamos de usarlos son medidas obvias pero nos hace falta ponerlas en práctica», dice Arturo Cardenal, el CEO de Watiofy.
Ajustar la potencia
Contratar una potencia más alta de la que necesitamos supone pagar de más, así que puedes conocer la potencia en la web de la compañía eléctrica o bien solicitarla.
Luces LED
También puedes ahorrar si utilizas sistemas de calefacción con termostatos, luces LED de bajo consumo y electrodomésticos con etiquetas A.
«Si hablamos de iluminación que requiere una inversión contenida, tenemos que saber que el consumo de una bombilla LED respecto a una bombilla convencional es del 10%. Es decir, podemos ahorrar un 90% de lo que consumimos en iluminación», aclara Cardenal.
Paneles solares
Con la instalación de placas solares puedes ahorrar entre un 50% y un 70% anual sobre el precio de la factura de la luz.
Lavar con agua fría
Te aconsejamos que laves con agua fría y debes utilizar la calefacción solo en las habitaciones que se utilizan diariamente. En el caso de lavavajillas es recomendable utilizar programas cortos a baja temperatura.
También es importante apagar las luces cuando sales de la habitación, aprovechar la luz natural, cocinar con sartenes adaptadas al tamaño del fuego y no meter comida caliente en el frigorífico.
Apagar los electrodomésticos
Los electrodomésticos que se quedan encendido con el piloto rojo también consumen luz y pueden suponer 7,5 euros más al mes. Antes de irte a dormir desenchufa la televisión, la radio, el horno, etc.
«Es recomendable desconectar el cargador del teléfono cuando no se esté utilizando para evitar el consumo de energía que ocurre incluso cuando no está cargando nada. Es importante sacar de la toma de corriente cualquier cargador que no esté en uso, ya sea para auriculares, cepillos dentales, relojes inteligentes u otros dispositivos», informa el periódico digital Okdiario.
Duchas cortas
No deberías tardar en ducharte más de 7 minutos y revisa el estado de tu cabezal de ducha, porque algunos tienen mucha potencia. Opta por las alcachofas ‘eco’ que consumen menos energía y filtran menos agua.
Programar el termostato
Es aconsejable programar el termostato para que empiece a enfriar o calentar la casa unos 20 minutos antes de que lleguemos. Así, que no debes dejar el aire puesto o la calefacción encendida durante horas, porque desperdicias energía y dinero.
Utilizar el ventilador
Evita el aire acondicionado y la estufa, porque son los que mayor consumo generan en la factura de electricidad. Apuesta por el ventilador, sobre todo, el de techo.
La temperatura de la nevera
«Solemos asociar el frío a unos alimentos mejor conservados. Pero lo cierto es que las temperaturas más bajas, a partir de cierto punto, no mejoran la conservación, aunque sí producen un incremento del consumo de energía (de aproximadamente un 5% por cada grado). Por eso, la mejor recomendación es mantener la temperatura de la nevera a 5ºC y la del congelador a -18ºC. Con ello ganaremos en eficiencia energética y ahorraremos dinero, ya que se ha calculado que el frigorífico puede llegar a suponer más del 30% del gasto eléctrico de un domicilio, al estar conectado las 24h», informa el diario La Vanguardia.
Rehabilitación de edificios
También puedes reducir el consumo energético si apuestas por las obras de rehabilitación. Esto lo saben los profesionales de ITE Edificios, ya que son expertos en rehabilitación de viviendas. Ellos explican que la rehabilitación aumenta la eficiencia energética con la instalación térmica, la luz natural y el aislamiento.
La rehabilitación de edificios ha crecido en la última década, ya que hay 8,5 millones de edificios que necesitan acciones de mejora en criterios de eficiencia energética y sostenibilidad.
Las ventajas de la rehabilitación son las siguientes:
-Supone un ahorro en la factura de la luz.
-Una vivienda de más de 50 años puede aumentar su valor un 25% con la rehabilitación.
-Es más sostenible que la nueva construcción.
-Es la mejor opción para combatir el cambio climático.
-Se conserva el valor histórico y consigue que el edificio tenga una estética muy original.
-Mejora los accesos a los edificios con la integración de ascensores y rampas.
-Mejora el aspecto exterior e interior del edificio.