¿Cuáles son los cuidados más habituales de una persona que está encamada?

En nuestro país, más de 850.000 personas mayores de 80 años viven solas, un dato que se puede deber a que estas personas no son dependientes o a que, por las circunstancias que sean, no disponen de nadie que los acompañe en su vejez. Si bien, si os paráis a pensar, a pesar de la soledad, en muchos de estos casos, las personas pueden vivir de forma autónoma. Sin embargo, en otros muchos, más o menos ancianos que estos, esta cuestión ni se plantea. Os hablamos en concreto de las personas encamadas, un número elevado de personas que, por la circunstancia que sea, no pueden levantarse de sus camas para hacer vida normal.

Estas personas, a menudo pasan muchos años de sus vidas pegados a una cama, por lo que cuidarlos con detalle diariamente es necesario para que, al menos en la medida de lo posible, tengan una buena calidad de vida. Así, en este post os hablaremos de pañales, de alimentación, de posturas, pero, sobre todo, de personas, de ciudadanos que necesitan una serie de cuidados especiales como los siguientes:

  • Pañales. El cambio de pañal va a suponer una tarea muy habitual dentro de los cuidados diarios en el mayor encamado. Se realizará cada vez que se moje o ensucie o, en su defecto y por higiene, cada ocho horas. Esto será imprescindible para mantener un correcto mantenimiento de la piel y evitar irritaciones e infecciones. Si bien, muchos nos preguntamos cómo se cambia el pañal de una persona postrada, pues lo cierto es que estos son los pasos a seguir:
    • Abrir el pañal completamente, y dejarlo preparado para ponerlo.
    • Con la persona boca arriba, se despegan las tiras adhesivas de los laterales del pañal.
    • Girar a la persona hacia el otro lado, para poder quitarle el pañal sucio.
    • Limpiar con agua tibia y jabón neutro. Secar bien la piel.
    • De nuevo, hay que girar al encamado, lo máximo que se pueda. Ahora llega la hora de colocar el nuevo pañal por debajo, tanto como sea posible.
    • Por último, se rota a la persona hasta la posición boca arriba para tirar del pañal y poder sacarlo centrado. Colocar los adhesivos laterales.
  • Técnicas de movilización. Se conoce como técnicas de movilización, aquellos movimientos que se realizan sobre una misma superficie, implicando cambios de posición o de situación. En este caso, uno de los ejemplos más claros lo encontramos en girarse en la cama. Si bien, hay que tener presente que la movilización no debe ser una actividad agotadora, ni una fuente de riesgos y lesiones para el profesional o el paciente. Además, tal y como nos recuerdan los expertos de Cuidaria, hoy en día disponemos de múltiples herramientas como camas articuladas con carro elevador o grúas de transferencia de personas que nos permiten realizar este tipo de tareas rutinarias de una forma mucho más cómoda y efectiva que antaño.
  • Alimentación. La alimentación en pacientes encamados es muy importante. Debe ser rica en nutrientes y variada, teniendo en cuenta los gustos y preferencias, así como, las limitaciones y dificultades que presenta la persona mayor a la hora de masticar o tragar.
  • Aseo e higiene. Existen muchas opciones para mejorar la calidad de vida de las personas dependientes o enfermas, siendo, una de ellas, la higiene y el aseo. En este sentido, en general, debes saber:
    • Es mejor realizar un aseo por zonas corporales.
    • El agua mejor tibia y si el enfermo se mete en la ducha, que no dure más de 15 minutos.
    • Examinar la piel con especial detenimiento en las prominencias óseas, buscando zonas enrojecidas, ampollas o erosiones. Esto puede alertarnos de un principio de úlcera.
    • Lavar el cabello, mínimo, una vez por semana.
    • Uñas cortadas rectas. Vigilar que no haya ningún tipo de eccema.
    • Secar muy bien todo el cuerpo, es especial, los pies y los oídos.
    • No nos debemos olvidar de limpiar los ojos con agua templada, impregnando una gasa para cada ojo y arrastrando desde el lagrimal hasta el ángulo externo.
  • Cambios posturales. Los cambios posturales en pacientes encamados son unas maniobras necesarias para evitar o, como mínimo, minimizar los perjuicios derivados de una inmovilidad mantenida en el tiempo. Y es que una de las consecuencias más preocupantes de estar postrado en la cama es la aparición de llagas y otros problemas sanitarios, que pueden menoscabar el estado físico de las personas encamadas.

¿Cómo podemos prevenir las caídas de una persona que está encamada o débil?

Por todos nosotros es sabido que las caídas constituyen uno de los problemas más frecuentes con la edad y pueden ocasionar importantes lesiones en las personas mayores o que estén encamadas. Además, debemos de tener en cuenta que, a edades avanzadas, por regla general, la mayoría de las caídas se producen en el domicilio del anciano. Por ello, para prevenirlas, lo primero que nos debemos de preguntar es que factores aumentan el riesgo y, entre los más comunes, nos encontramos con:

  • Dificultad para mantener el equilibrio y la libertad de movimiento.
  • Problemas de visión.
  • Calzado inadecuado. Ya sea porque esté mal sujeto o no se adapte bien al pie.
  • Dificultad para pisar correctamente.
  • Las características del entorno (hospital, domicilio, vía pública).

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