En 2002 la OMS hablaba por vez primera de la expresión del envejecimiento activo, se han producido muchos estudios y programas de cara a potenciar, desde las dimensiones física, social, emocional y cognitiva, las cuales influyan de manera decisiva a las personas mayores. Estos programas se fundamental en una serie de evidencias de carácter empírico que Baltes y Baltes recogía en su expresión “envejecimiento exitoso”. Hay proposiciones que son interesantes:
Hay varias formas de poder envejecer, las cuáles se sitúan entre el envejecimiento normal, el óptimo y el patológico.
Existe mucha variabilidad interindividual en el nivel, los ritmos y la dirección de los cambios durante la vida. Hay plasticidad y se produce una reserva latente durante la vida, incluyendo la vejez.
Hay límites en la plasticidad y capacidad para que se produzcan cambios de índole positiva en edades ya avanzadas. La tecnología y la praxis se basan en el conocimiento, lo cual puede llegar a compensar un declive potencial.
Pensemos que el envejecimiento, es un balance que es el que existe entre las ganancias y pérdidas que es de lo menos positivo.
Hay pocas diferencias de edad cundo se habla de la satisfacción vital, por lo que hay una continuidad en cuanto a la capacidad de recuperación.
Realmente, y si hablamos bajo una perspectiva biomédica, se puede afirmar que las manifestaciones más importantes de la vejez se pueden cambiar en una cierta medida, posponiéndose al ser consecuencia de acciones por parte de los individuos.
Los beneficios de la actividad física en las personas de avanzada edad
Está claro que el que las personas mayores tengan una actividad física regular es importante y debe hacerse de manera moderada. Hay muchas investigaciones en las que parece que se demuestra que hay una correlación inversa entre lo que es el ejercicio físico y la mortalidad.
En este sentido, tiene una gran influencia en cuanto al aumento de la longevidad, no solo en cuanto a las personas que siguen haciendo ejercicio físico cuando cumplen años, empezando a realizar ejercicio ya con cierta edad.
Existen algunas investigaciones con personas de elevada edad que tienen unos ciertos riesgos de tener discapacidad, y después de tratamientos que se centran con fuerza y flexibilidad. El caso es que evidencian claras mejorías en la gran totalidad de los parámetros físicos y al final se produjo una incidencia menor de discapacidad.
Además, no solo se producen mejoras en cuanto a los parámetros biomédicos donde se produzca una práctica regular de ejercicio.
Se producen mejoras en campos como la presión de las arterias, equilibrio, que se reduzca la aparición de las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares. Pasa a producirse una menor aparición de diabetes. Reducción a la hora de aparecer la artritis y osteoporosis, así como de los trastornos de carácter psicológico.
Se producen retrasos en la aparición de la propia discapacidad, donde se incluye la demencia. De igual manera, se produce una interacción social y a la hora de participar. Por último, hay una mejora de interacción social y las participaciones.
Las conclusiones a nivel provisional
Partiendo de la evidencia a nivel empírico que se genere en los últimos años en base a los beneficios del ejercicio físico, cuando comienza a hacerse a edades ya avanzadas. Es fundamental la labor de potenciar y ayudar a que se practique ejercicio físico en las personas de avanzada edad.
Existen muchos factores beneficiosos a nivel social, emocional y físico. A pesar de que haya discapacidad, se deben promover, pero se deben producir estímulos para la realización de dichos ejercicios.
Algunas de las actividades físicas que más son importantes, caso de la gimnasia, la cual suele desarrollarse en las instituciones, donde pasear es una actividad que se hace por lo general de manera autónoma.
La práctica deportiva es muy minoritaria, donde se suelen vincular a las residencias de personas más válidas. Quizá pudiera repensarse otra actividad a nivel físico deportivo que se puede adaptar a las personas que tienen una cierta dependencia.
Existen ciertas actividades deportivas que se destinan por lo general al sector de la discapacidad. Las actividades, con las respectivas adaptaciones que se tienen que extender con más centros, yoga, bailes o taichí.
Todo ello hace que se admitan las posibilidades de poder adaptarse hasta con las personas que tienen una determinada dependencia. Hay que tener claro que los beneficios, más allá del propio ámbito físico, pues hay ganas de salir por parte de los mayores y una forma de socialización que es fundamental.
Ojalá se siga cultivando en las residencias, como nos dicen los profesionales de lanuevaflorida.es, pues el deporte puede ayudar a la mejor de la vida de las personas mayores.