Con el buen tiempo, nos gusta que nuestra casa luzca plena de color y vida. Nos sube el estado de ánimo y nos hace sentir en armonía con la estación del año que estamos viviendo. Quizás, colocar flores a la vista sea una buena idea, pero si ya nos cuesta cuidar una planta de interior, imagínate un ramo de flores, que aún es más efímero. Las flores preservadas son la solución.
Las flores preservadas son flores naturales que han sido sometidas a un tratamiento químico, por el cual, una vez cortadas, se les sustituye la savia por un líquido perseverante. Esto hace que duren mucho más tiempo: meses, e incluso años.
Un buen ramo de flores preservadas bien escogido puede constituir un estupendo centro de mesa. Lo podemos emplear para decorar uno de esos jarrones que tenemos en el comedor y no sabemos muy bien qué hacer con ellos o podemos usarlo como elemento para montar una composición decorativa ingeniosa. Como meter dentro de un pequeño capazo de mimbre un ramo de flores y colgarlo en la pared. Creando una evocadora escena campestre.
Muchas tiendas de decoración se han lanzado a vender flores preservadas. Algunas veces como parte integrante de un objeto decorativo, como puede ser un jarrón o formando una corona que rodea un espejo. En otras ocasiones, las venden sueltas, para que la compradora o comprador las utilice según su criterio.
El problema en estos casos es encontrar un proveedor confiable. Hay que tener en cuenta que las flores preservadas son flores naturales, no son artificiales. No puedes encargar una remesa a China y que lleguen al almacén completamente deshechas. Carmen, que tiene una pequeña tienda de artículos para el hogar en Elche (Alicante) dice que lleva tiempo apoyándose en Mundoflor, un mayorista de artículos de decoración ubicado en Almendralejo (Badajoz), con más de 20 años de experiencia, al que le compra flores preservadas al por mayor.
A Carmen, las flores preservadas siempre le han parecido un producto muy interesante, sin embargo, a pesar de tener una cierta duración, no dejaban de ser flores y, por tanto, presentaban una cierta fragilidad. Era importante encontrar a alguien que se las vendiera en buen estado, de manera que les resultaran atractivas para sus clientes.
Verdades y mitos de las flores preservadas.
La revista digital Hola presenta un interesante artículo en el que da bastante claridad sobre qué son las flores preservadas y se dedica a desmontar algunas ideas preconcebidas. Las flores preservadas son flores 100% naturales. Si no las tratamos con cuidado, se nos pueden desmoronar. Se le pueden caer los pétalos o romper el talle. En su beneficio, podemos decir, que no necesitan agua para su conservación.
Siempre dan una imagen fresca, como de flores recién cortadas. Para nada dan la apariencia de un producto artificial. Su mantenimiento es mínimo. Tan solo nos debemos preocupar de ir quitándoles el polvo de vez en cuando.
Existe la idea de que las flores preservadas no despiden olor. No es cierto. El proceso de conservación al que han ido sometidas preserva sus características naturales, incluido el aroma floral.
También hay gente que piensa que son flores tóxicas. En realidad no representan ningún riesgo para la salud, ni para nosotros, ni para nuestras mascotas. Los productos utilizados para su conservación son inofensivos.
La otra idea bastante extendida es que se trata de flores caras. Si comparamos su duración y prestaciones con un ramo de flores frescas, llegaremos a la conclusión de que hemos hecho una buena inversión. Es cierto que son un poco más costosas que las flores naturales, pero mientras unas nos duran unos pocos días en agua, las flores preservadas se mantienen esplendorosas durante meses, con la ventaja de que podemos utilizarlas durante todo el año, sin estar pendientes de que sea temporada de floración.
Diferencias con las flores secas.
Son dos conceptos completamente distintos. Las flores secas son flores deshidratadas. Han sido sometidas a un proceso de secado al aire, en el que han perdido toda el agua. Por otro lado, como ya hemos visto, con las flores preservadas se realiza un complejo proceso químico, para mantenerlas vivas por más tiempo.
Esto se percibe en la textura y apariencia de las flores. Las flores secas son más frágiles y delicadas. Hay que tener un especial cuidado para que no se desmoronen en cualquier momento. Un simple golpe de aire o un pequeño roce puede hacer que se desmonten. Tienen una apariencia acartonada.
En cambio, las flores preservadas presentan una textura más esponjosa, más suave. Son agradables a la vista y al tacto, asemejándose, en gran medida, a las flores naturales cuando han emergido de la planta.
El secado de flores se puede realizar en casa, aunque es un proceso lento y delicado. Para hacerlo, tendríamos que colgar las flores boca abajo en un lugar oscuro y seco durante semanas o meses, vigilando para que los ramos no se desmonten.
Los fabricantes realizan el secado con métodos industriales. Reduciendo considerablemente el tiempo de secado y obteniendo un producto de mejor calidad.
En algunos casos, como en los ramos de claveles, podemos encontrar flores secas y preservadas, mezcladas, creando una combinación agradable para la vista y más económico para el bolsillo.
Propuestas de decoración.
Algunos vendedores de artículos de decoración afirman que las flores preservadas más vendidas durante todo el año son los girasoles. Siempre aportan un aire veraniego a la estancia. Otro de los productos habituales son los claveles. Permiten disponer de una flor clásica por más tiempo. En cuanto a las flores más exóticas destacan las amapolas. Unas flores frágiles, que gracias a la preservación, podemos disfrutar de ellas sin que se nos desmonten en las manos.
Fiel a su estilo, el periódico El País, en su suplemento de estilo de vida, nos presentan una serie de propuestas originales que visten con rapidez cualquier decorado, aportándole un toque de clase y distinción. Te comentamos algunas de ellas:
- Flores de lavanda. Colocar un ramo de lavanda preservado encima de un mantel aporta un detalle de color vistoso, gracias al morado de la flor de la lavanda. Además, perfumará suavemente el ambiente, puesto que el ramo no ha perdido por completo su olor. Las flores de lavanda combinan perfectamente con las de eucalipto, que tienen una forma parecida, aunque de un color granate. Si se opta por este conjunto, experimentaremos una agradable sensación olfativa cada vez que acerquemos nuestra nariz a las flores.
- Flores de algodón. El algodón también se pueden preservar. Dando una apariencia, como mínimo, llamativa. Manteniendo unos tallos largos, con las cabezas de algodón al final de cada rama, quedan muy bien dentro de cualquier jarrón de vidrio o cerámica. Dan una imagen como de nubes, ante la que es imposible no fijarse.
- Combinado de flores de la Pampa argentina. Son más difíciles de encontrar, pero si lo haces, no dejes pasar la oportunidad de adquirirlas. Estas flores son largas como espigas, con tonos marrones y ocres, y una textura espumosa, aterciopelada. Es como si tuvieras un conjunto de plumas de avestruz en la mano. Un detalle decorativo que queda muy bien en cualquier salón, cualquier época del año.
- La rosa preservada. Imagínate una rosa roja recién cogida del rosal, y que puedes mantenerla radiante durante meses. Eso se puede lograr preservándola. Si la metes dentro de una urna trasparente de cristal parece como si te hubieras metido dentro de un cuento de Disney. Como la rosa de la Bella y la Bestia que se va desmoronando con el tiempo, porque el príncipe maldito no alcanza el amor que le salvará.
Existen más combinaciones. Todo es cuestión de investigar y usar tu imaginación. Las flores preservadas son pequeñas joyas elaboradas a partir de flores naturales, con multitud de posibilidades.
Mantenimiento.
No debemos olvidar nunca que estamos tratando con flores y que debemos tener cuidado para que nos duren el máximo tiempo posible.
Uno de los problemas que presenta es su limpieza. Debemos quitarle el polvo con cierta frecuencia. Podemos hacerlo, con mucha delicadeza, con un trapo seco, teniendo cuidado de que no se caigan los pétalos. Quizás el mejor método para hacerlo es utilizar un secador del pelo con el aire frío, a una velocidad suave.
Otro de los aspectos que debemos tener en cuenta es que a las flores preservadas no les va bien el aire acondicionado. Tienden a resecarlas, haciendo que se queden mustias antes de tiempo. Debemos evitar exponerlas directamente al flujo de aire que sale del XSplit y, si es posible, no colocarlas en habitaciones en las que utilizamos este dispositivo.
La luz del sol en grandes cantidades tampoco le viene bien. Tienden a decolorarse, aunque mantengan la forma. Si utilizamos las flores preservadas en exteriores, buscaremos un sitio a la sombra, y si lo hacemos en interiores, procuraremos que tenga una iluminación media.
Si nos paramos a pensar, son algunos pequeños detalles que debemos tener en cuenta. Desde luego, no requieren la atención de un ramo de flores frescas. Para los que les gusta la decoración con flores, las flores preservadas son un recurso, que seguro que les apasionará.