No es cuestión de colgarse un cartel en el pecho diciendo que eres ecofriendly. Tampoco me van ellos. Pero tampoco es cuestión de ir diciendo que lo del cambio climático es una invención. Como suele ocurrir en todas las cosas, en la mitad está la virtud. Ya lo decían los sabios griegos. Por eso, cuando se habla de ecologismo y de sostenibilidad, yo prefiero no irme a los extremos, que sabido es, que son igual de malos. Yo me quedo con otra palabra: gestos.
Y es que creo que la vida está hecha de gestos. De pequeños detalles que cambian el mundo. Y esto es lo que pienso cuando hablo de la naturaleza, de la mentalidad verde y de todo este tipo de cosas que están tan de moda. Pues bien, hoy quiero hablar de cinco gestos cotidianos, es decir que podemos hacer durante nuestro día a día, que nos van a servir para ayudar a salvar el mundo. Ya sabemos que nosotros no nos vamos a quedar sin planeta, tampoco nuestros hijos, pero tenemos que pensar en las generaciones futuras.
Reducir energía
El primero está bien claro, y encima nos va a ayudar a mejorar nuestras finanzas. Y es que consultar nuestra factura de la luz y del gas se ha convertido en todo un suplicio. Debido a la guerra en Ucrania, o eso dicen, ahora mismo está más caro que nunca. Por eso, el primer gesto que vamos a tener con la naturaleza y con nosotros mismos es el de reducir la energía. Y es que ahorrar energía ayuda a reducir la contaminación ambiental y el calentamiento de la atmósfera. Podemos ahorrar energía apagando la luz cuando no sea imprescindible, y aprovechando la luz natural. Por supuesto tenemos que tener bombillas de bajo consumo y electrodomésticos de eficiencia energética. Y por último, no te olvides de apagar los aparatos eléctricos cuando no lo usas y de controlar la temperatura de tu hogar. Está comprobado que con 20-22 grados en invierno es suficiente. Como nos han advertido desde el Gobierno, aunque no me gusta nada eso de que nos tachen de derrochones.
Reciclar
La otra R, la de reciclar, también es un gran gesto. Desde hace años se ha convertido en un ejercicio de responsabilidad social y cuidado del medio ambiente. En todas las ciudades ya existen contenedores específicos para poder reciclar de forma cómoda todos los residuos que generamos en nuestro hogar. Y no, no seamos cuñados y digamos eso de que todo va a la misma cesta, porque no es así. Luego hay otros microgestos dentro del gesto de reciclar, por ejemplo, lo de donar los libros, la ropa y juguetes de tus hijos, restaurar los muebles, etc. Muchas cosas que puedes hacer.
Bolsas de plástico
Las bolsas de plástico son el caballo de batalla de los ecofriendly. Y es que es cierto que algunas son muy contaminantes, pero también es cierto que son muchas las empresas concienciedas y que han cambiado su forma de trabajar. Ahora se pueden hacer bolsas biodegradables, como las que hace este fabricante de bolsas de plástico. En su caso son bolsas biodegradables compostables que están fabricadas con materiales compostables de primera calidad y origen vegetal. La biodegradación de estos materiales dependerá de las condiciones a las que se vean expuestos, generalmente empiezan a perder propiedades a partir de 1 año y se acelerará la descomposición si se encuentran en un entorno de compostaje pasando al final del proceso a convertirse en materia orgánica que podrá utilizarse como compost y poder ser usado como fertilizante agrícola. Por eso, no siempre hay que criticar a las empresas de plásticos.
No uses tanto el coche
Tengo que reconocer que soy el primero que uso el coche, me gusta. Y es que me gusta conducir. Pero también es cierto que muchas veces podemos planificar mejor algunas cosas para usarlo menos y tirar más de transporte público. No soy, ni mucho menos, un talibán del vehículo privado, es más, no me gustan nada esas medidas de zonas de bajas emisiones que están preparando muchas ciudades para prohibir la entrada de turismo en las zonas del centro de las urbes. Pero es cierto que es muy curioso lo que hacemos. Por ejemplo, el ir al gimnasio en coche para luego ponernos a correr en una cinta. ¿Verdad?
Estos son los cuatro gestos, bueno, cinco si contamos esos microgestos que os he contado con los que podemos ayudar a cambiar y a salvar el mundo. ¿Te apuntas?