Conviene que no nos olvidemos nunca de hacer una valoración acerca de nuestro estado de salud, porque es posible que encontremos problemas en nuestro cuerpo que no esperábamos encontrar. Y no nos referimos única y exclusivamente a problemas físicos, sino a los que son mentales, que suelen ser incluso más peligrosos que los físicos. No cabe duda de que es necesario que estemos pendientes de cuál es nuestro estado de salud mental para intentar que mejoren nuestras prestaciones en ese sentido. Si no, corremos el riesgo de padecer males como lo son el estrés o la depresión, que son tan habituales a día de hoy.
Procedemos a analizar algunas de las cuestiones que tienen que ver con la irrupción en nuestro cuerpo de los aspectos que acabamos de comentar. Empezamos con el estrés, cuyas causas definió este artículo de la página web Forbes.es.
- Los factores económicos pasan factura. Si no contamos con suficientes recursos, vamos a tener una mayor necesidad de ganar dinero y rápido.
- Sobrecarga de trabajo. Muy típico. Cuando tenemos muchas cosas que hacer en la oficina o muchos pedidos que atender, es evidente que tenemos mucho más riesgo de padecerlo.
- La falta de satisfacción laboral hace que nos agobiemos de una manera mucho más grande.
- Las relaciones personales son importantes. Si no podemos socializar por falta de tiempo, tenemos un problema que termina afectándonos a nivel de estrés.
- Atención a la familia. Queremos estar pendientes de este tema en todo momento, normalmente durante nuestro tiempo libre, y eso termina haciendo nuestra vida una maratón.
- No decir nunca a algo que no. No podemos estar a todo. No es sano.
- Obsesionarse con la perfección también es una máquina de generar estrés.
- Desorden y confusión, ya sea en el trabajo o en nuestra vida privada.
También hay algunas circunstancias que pueden aumentar el riesgo de sufrir depresión. Estas circunstancias aparecen en la web de Guía Salud y son las siguientes:
- Cuando hayamos sufrido depresión en el pasado o tengamos antecedentes familiares en este sentido.
- Experiencias de pérdidas de seres queridos que hayan fallecido, desempleo, cambios en el estilo de vida…
- Situaciones conflictivas en la familia o trabajo.
- Traumas físicos o psicológicos.
- Problemas crónicos de salud.
- Algunos de los medicamentos que se usan para otras enfermedades también pueden ocasionar problemas en lo que tiene que ver con la depresión.
- Excesos relacionados con el alcohol o las drogas.
- En el caso de las mujeres, tras el parto.
La cantidad de cosas y situaciones que nos pueden provocar depresión o estrés es tal que es raro que alguien no haya pasado, al menos en algún momento de su vida, por alguno de estos casos. De hecho, y según nos dicen desde Terapia Psi, es increíble el aumento que se ha experimentado en lo que respecta al número de personas que sufren depresión o estrés en España. Y ojo, que estamos hablando de un ascenso que empezó a ser habitual y preocupante antes de que el coronavirus hiciera acto de presencia entre nosotros.
Un problema susceptible de fastidiar a cualquier tipo de persona
Todo lo que estamos comentando es susceptible de ocurrirle a cualquiera, con independencia de su sexo, de su edad o de cualquier condición que se nos ocurra. Ni que decir tiene que este aspecto puede afectar a los niños y niñas. De hecho, en España, se está produciendo un repunte en el número de casos de depresión o estrés entre personas que apenas llegar a la decena de años. Es un verdadero drama que así sea y hay que ponerle remedio a esto ya mismo. No debe ser un buen trago pasar por algo así cuando somos tan jóvenes.
Por otra parte, hablamos de problemas (sobre todo, en este caso que os vamos a comentar, en lo que se refiere a la depresión) que son habituales entre las personas mayores, que muchas veces se encuentran solas y que apenas tienen relación social con otras personas. Es lógico que, en situaciones como estas, la depresión termine formando parte de nuestro día a día. Y es necesario que la sociedad española no se olvide de esas personas mayores y de que tienen sus necesidades, que merecen ser satisfechas como la de cualquier otro miembro de este país.
Hemos hablado de asuntos que tienen una importancia muy grande en la vida de las personas y que pueden condicionar la existencia de un ser humano. Solo el que los ha pasado, o una persona cercana a otra que los ha padecido, sabe realmente de lo que estamos hablando. Y es de justicia que la sociedad ponga todos los recursos que se encuentren a su alcance para intentar evitar que la depresión o el estrés termine socavando la autoestima de la gente.