Siempre que se menciona la sal, parece que la conversación gira en torno a sus posibles efectos negativos para la salud. Se habla de la hipertensión, la retención de líquidos o de cómo deberíamos reducir su consumo. Pero pocas veces se pone el foco en algo fundamental: la sal es necesaria para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. Aquí te voy a explicar los beneficios de este producto y cómo elegir la mejor opción para sacar partido a todos sus beneficios. Nunca se trató de eliminar la sal de tu dieta, sino de elegir la adecuada y consumirla en la cantidad correcta.
Sal refinada vs. sal sin refinar: ¿Cuál es mejor para ti?
Empecemos por lo básico: la diferencia entre la sal refinada y la sal sin refinar. Probablemente, cuando piensas en sal, la primera imagen que te viene a la cabeza es la sal de mesa, blanca y fina. Esta es la sal refinada, que pasa por un proceso industrial donde se eliminan la mayoría de sus minerales y se añaden productos químicos para mantenerla blanca y evitar que se apelotone. Aunque es la más común, no es necesariamente la mejor opción para nuestra salud.
Por otro lado, la sal sin refinar es aquella que se obtiene de forma natural, con un proceso mínimo de manipulación. Se puede extraer del mar o de manantiales de sal, y conserva muchos de los minerales que se pierden en el refinado. Estos minerales incluyen magnesio, potasio y calcio, que son esenciales para el cuerpo y que, al consumir sal sin refinar, estamos incorporando a nuestra dieta.
El proceso de refinado de la sal tiene un objetivo claro: hacerla más fácil de producir en grandes cantidades y más estética para su venta. Sin embargo, al hacerlo, se eliminan muchas de las propiedades beneficiosas que esta contiene. De ahí que, para tu salud, la sal sin refinar sea una mejor opción, ya que aporta más nutrientes y es menos procesada. Además, la sal sin refinar suele tener un sabor más intenso, por lo que es más fácil reducir la cantidad que usas en tus comidas, lo que también puede ayudar a controlar el consumo de sodio.
Los beneficios de la sal sin refinar
Ahora que conoces la diferencia entre ambas, hablemos de por qué la sal sin refinar es tan importante para tu bienestar. Aunque la sal ha sido demonizada en muchas ocasiones, el cuerpo humano necesita sodio para funcionar correctamente. La clave, como todo, está en la moderación y en elegir el tipo de sal adecuado.
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Equilibrio de electrolitos
Uno de los principales beneficios de la sal sin refinar es que ayuda a mantener el equilibrio de electrolitos en el cuerpo. Los electrolitos son minerales que tienen una carga eléctrica y son fundamentales para diversas funciones corporales, como regular los niveles de hidratación, el pH de la sangre y el buen funcionamiento de los nervios y músculos. Consumir sal sin refinar te garantiza un aporte más equilibrado de minerales que pueden apoyar estos procesos vitales.
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Mejora de la digestión
El cloruro que se encuentra en la sal es esencial para la producción de ácido clorhídrico en el estómago, un componente clave para una buena digestión. Sin suficiente cloruro, tu cuerpo no puede producir el ácido estomacal necesario para descomponer los alimentos adecuadamente. Esto puede llevar a problemas como hinchazón, indigestión o incluso reflujo ácido. La sal sin refinar, al ser una fuente natural de cloruro, te ayuda a mantener un sistema digestivo saludable.
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Mejora de la función muscular
Los minerales presentes en la sal sin refinar también juegan un papel crucial en la contracción muscular. El sodio y el potasio, en particular, son fundamentales para garantizar que los músculos se contraigan y relajen de manera adecuada. Por eso, es importante no eliminar la sal por completo de tu dieta si quieres mantener la salud muscular.
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Regulación de la presión arterial
Aunque el exceso de sal puede ser perjudicial para la presión arterial, la carencia de sodio también puede tener efectos negativos. Un consumo moderado y consciente de sal sin refinar, que también aporta potasio, puede ayudar a equilibrar los niveles de sodio y mantener una presión arterial saludable. De hecho, algunos estudios sugieren que la calidad de la sal que consumes podría ser más importante que la cantidad.
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Piel y salud general
La sal sin refinar, especialmente la que proviene del mar, contiene trazas de minerales que pueden beneficiar tu piel y bienestar general. Por ejemplo, el magnesio es conocido por mejorar la apariencia de la piel y reducir la inflamación. Algunas personas incluso usan sal marina sin refinar en baños relajantes para ayudar a desintoxicar el cuerpo y mejorar la salud cutánea.
¿La sal siempre se obtiene del mar?
Cuando piensas en sal, lo más probable es que la asocies con el mar, pero la realidad es que no toda la sal proviene del océano. Existen otras fuentes, como los depósitos subterráneos y los manantiales de sal. Estos lugares, aunque menos conocidos, también son responsables de gran parte de la sal que consumimos.
Humanes Guillén Eurosal, una empresa familiar con una larga experiencia en la extracción de sal y salmuera de manantial, nos explica que la sal también puede obtenerse de depósitos subterráneos, a menudo formados hace millones de años por antiguos mares que se secaron. Esta sal, conocida como sal de roca, se extrae mediante un proceso de minería. Aunque es completamente natural, muchas veces se refina antes de llegar a las tiendas, lo que elimina buena parte de sus minerales.
Otra forma de obtener sal es mediante la evaporación de salmuera de manantial, que es agua subterránea rica en minerales que sube a la superficie de forma natural. Este tipo de sal es considerada por muchos como la más saludable, ya que se obtiene de una manera que preserva todos sus minerales y no requiere de procesos químicos para su extracción. La sal de manantial tiene una composición rica y variada, aportando no solo sodio, sino también otros minerales que contribuyen a la salud general.
La sal de manantial es la opción más saludable
De todas las opciones, la sal de manantial es la opción más saludable porque mantiene un perfil de minerales que no se encuentra en otros tipos de sal. Su obtención es completamente natural y se recolecta sin necesidad de procesos de refinamiento o aditivos que puedan alterar sus propiedades. Esta pureza permite que la sal llegue a tu mesa en su estado natural, conservando un equilibrio óptimo de minerales que el cuerpo humano necesita para funcionar correctamente.
Proveniente de manantiales subterráneos, esta sal está a salvo de muchos contaminantes que afectan a otras localizaciones, especialmente la marina. Aunque es cierto que la sal marina aporta beneficios, hoy día se ve cada vez más afectada por la contaminación de los océanos y la creciente presencia de microplásticos en el agua. Esto hace que la sal de manantial no solo sea una opción saludable, sino también una opción más limpia y libre de elementos perjudiciales, ideal para quienes buscan una alimentación más pura y segura para su salud.
El método de producción más respetuoso con el medio ambiente
A la hora de elegir la sal que vas a consumir, es importante también tener en cuenta el impacto ambiental de su producción. La extracción de sal puede ser un proceso intensivo que requiere mucha energía, especialmente en el caso de la minería de sal de roca. Este proceso implica perforar grandes áreas subterráneas, lo que puede dañar el medio ambiente local.
Por otro lado, la sal marina y la sal de manantial suelen obtenerse mediante métodos más sostenibles. En el caso de la sal marina, se utiliza la evaporación solar en grandes estanques, lo que requiere muy poca intervención humana y energía. Sin embargo, este método depende del clima y puede verse afectado por la contaminación.
La sal de manantial, en cambio, es una de las opciones más ecológicas. Su extracción es menos invasiva que la minería y, al ser un recurso renovable, no supone una gran presión sobre el medio ambiente. Además, no requiere de grandes cantidades de energía para su procesamiento, lo que la convierte en una opción ideal para quienes buscan reducir su huella ecológica.
Un aliciente para que optemos por este consumo es pensar en lo que ha bajado la calidad de la sal marina por culpa de la contaminación. Cuanto más contaminemos, menos materiales puros y beneficiosos podremos obtener de la naturaleza.
¿Beneficiosa o perjudicial?
Todo dependerá en gran medida de qué tipo de sal consumamos. Como hemos visto en este artículo, la sal sin refinar de manantial es un gran producto que nos dará muchísimos más beneficios de lo que podríamos imaginar. Parece que, como siempre, el problema ha estado en los productos artificiales que se le ha añadido para su mantenimiento, aspecto y abaratar sus costes de producción.
Lo que está claro es que la sal es un elemento esencial para nuestra salud. Recuerda que la clave está en la calidad de la sal que consumes, no en la cantidad.